Esta definición que ha tomado Libres del Sur tiene profundas razones relacionadas con el futuro de nuestra Patria.
En primer lugar, digamos que ambos candidatos de la derecha, más allá de cuestiones de forma, no tienen diferencias significativas en el fondo de sus propuestas. De allí que hasta no hace mucho se tiraban flores y hablaban de hacer acuerdos electorales entre ellos y, ahora, hacen malabares para ver cómo se diferencian.
En segundo término, señalemos que ambos promueven para los años por venir, económicamente más favorables para nuestro país, que sean los sectores concentrados los que se beneficien de dicha bonanza. En concreto, proponen que la mayor renta nacional que van a generar nuestros recursos naturales se canalice hacia los grandes empresarios y banqueros, nacionales y extranjeros; en perjuicio visible de la mayoría de nuestro pueblo y de la propia nación.
Acompañan esto con planteos de que, en lugar de soberanía política, nuestro país debe volver a las “relaciones carnales” con los EEUU; incluso regresar a los viejos tiempos de la guerra fría.
Por último, pero no por ello de menor importancia, le dicen mentirosamente a la sociedad que para sacar de la decadencia a la Argentina hay que quitar derechos en la salud, la educación, el ambiente y la ciencia. También a las mujeres y los trabajadores. Promoviendo para el que proteste por ello, políticas represivas y reinstalar a los militares en la seguridad interna.
En resumidas cuentas, tanto Javier Milei como Patricia Bullrich, solo visten con ropajes nuevos las viejas, reaccionarias y fracasadas propuestas de ricos y poderosos; siempre orquestadas en su beneficio y en perjuicio de las mayorías. Esas que les conocimos en los últimos 40 años con la Dictadura y Martínez de Hoz, Menem y Cavallo, De la Rúa y recientemente con Macri.
Muy grave sería que, una vez más, personajes iguales que aquellos lleguen a la Casa Rosada.
FUENTE: Prensa Libres del Sur