El papa Francisco recibió a una delegación de la CGT en el Vaticano. Fue una reunión que duró media hora y en la que los sindicalistas le plantearon un cuadro crítico de la situación política y económica de la Argentina.
La comitiva sindical estuvo encabezada por Héctor Daer (Sanidad) y Pablo Moyano (Camioneros). Durante el encuentro hablaron sobre «el desarrollo, la producción y el trabajo» como ejes que la administración libertaria debería tomar en cuenta para gobernar.
También estuvieron Andrés Rodríguez (Estatales), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri, Cristian Jeronimo (Vidrio) Juan Carlos Schmi (Dragado y Balizamiento) y Alejandro Gramajo (UTEP), entre otros.
Los líderes sindicales expresaron su preocupación por las reformas que afectan al sector laboral y coincidieron con Francisco en la importancia de defender la «dignificación del trabajo», a la vez que subrayaron la necesidad de promover el diálogo social entre los sindicatos, el Gobierno y el sector empresarial para encontrar soluciones conjuntas a los problemas que enfrenta el país.
La audiencia con el Papa reforzó la voluntad de seguir impulsando el diálogo como herramienta para enfrentar los desafíos políticos y sociales que atraviesa el país bajo el Gobierno.
«El resumen es el recibimiento del Santo Padre, alegrándose de la muestra de unidad de la CGT -estábamos todos los sectores y habíamos incorporado en nuestra delegación a los compañeros de la Economía Popular, el secretario general de la UTEP-, y el planteo de fondo fue marcar un camino de la defensa de la dignidad del trabajo, como eje de conducta social, de dignidad humana y por supuesto el Papa nos exhortó a defender esta cuestión y a defender la justicia social como instrumento de equilibrio de las sociedades modernas», indicó Daer.