En un cálido encuentro en el café liberal de La Libertad Avanza (LLA) San Martín, espacio liderado por Marcelo Ballester, Hernán Sardella, reconocido dirigente y educador, reflexionó sobre su vida cotidiana, su vocación política y su profundo compromiso social. Frente a un grupo de jóvenes interesados en conocer las motivaciones detrás de su participación partidaria, Sardella compartió su visión y experiencias.
El evento comenzó con un festejo de cumpleaños, acompañado de una torta con velas violetas y aplausos. «Hernán cumplió años hace pocas semanas», comentó Ballester. «No tuvimos la oportunidad de saludarlo, así que esta es nuestra forma de darle la bienvenida.»
Ante la pregunta sobre qué lo llevó a involucrarse en política, Sardella relató una emotiva historia sobre su madre, figura clave en su perspectiva de vida: “Mi madre siempre decía que la educación, por sí sola, no era suficiente para ayudar a transformar vidas. Ella fue invitada a sumarse a la política, fue una época de secuestros, robos, tuvo temor y armo una Fundación”. Este pensamiento se convirtió en el eje de su compromiso social y político. A pesar de las adversidades, como el secuestro que sufrió en 2001—año crítico para la Argentina—Sardella decidió permanecer en su distrito, fortaleciendo sus empresas y su función como educador en el ámbito local como motores de cambio.
Hernán destacó su cotidianidad como reflejo de su carácter cercano y dedicado: “Llevo a mi hijo al colegio, hago las compras, algunas tareas domésticas y trabajo en el colegio. Ese es mi lugar.” Con una trayectoria educativa familiar que abarca cinco instituciones en el distrito—dos de las cuales aún pertenecen a su familia— Sardella ha demostrado que la gestión privada puede ser un recurso eficiente para atender las necesidades públicas sin descuidar la ética y la responsabilidad. «Mis instituciones, al ser privadas nunca tuvieron un alumno que pasara hambre, aunque sí hemos lidiado con carencias y situaciones de violencia,” recalcó.
Siguiendo la frase heredada de su madre, “No se puede ser feliz entre infelices,” Sardella asegura que su compromiso busca transformar realidades desde la base. «La administración pública debe cambiar. Hay quienes se enriquecen solo trabajando en el Estado, pero nosotros, los empresarios, arriesgamos capital y esfuerzo para generar empleo y aportar al sistema,” explicó Sardella. Además, destacó que jamás utilizó fondos ajenos en sus proyectos políticos, confiando exclusivamente en recursos propios y de su equipo.
Su vínculo con el espacio liderado por Javier Milei comenzó en sus inicios, cuando pocos creían en él. “Con Marcelo y este equipo confiamos en Milei desde que apenas medía 8 puntos. Lo que él decía resonaba con lo que veníamos sintiendo. Nuestra apuesta fue genuina y basada en convicciones,” afirmó Sardella, quien se posiciona como uno de los empresarios que ha sabido combinar responsabilidad social y eficiencia económica.
Entre las anécdotas más emotivas de su carrera, Hernán mencionó la relación con los excombatientes de Malvinas. “Los héroes de Malvinas son de todos,” afirmó, y destacó el esfuerzo de su institución educativa para sumarse a una cruzada solidaria organizada por algunos excombatientes. Sin embargo, lamentó que se mezclaran intereses partidarios en dicha iniciativa: “Nos dejaron plantados y, lejos de rendirnos, algunas familias nos ayudaron y logramos llevar todas las donaciones a Bahía Blanca sin intermediarios. Mezclarlo todo me da vergüenza ajena,” enfatizó Sardella, reafirmando su compromiso con la acción directa y la solidaridad genuina.
Hoy, Hernán Sardella, más comprometido que nunca, continúa apostando por un modelo político basado en valores, cercanía y una gestión transformadora, acompañado de un equipo que comparte su visión de futuro. En palabras del propio Sardella: “Años apostando y años que nos han dado vuelta la cara, pero seguimos adelante porque creemos en lo que hacemos. La verdadera política está en construir soluciones, no en buscar privilegios.”
En este espacio, Marcelo, su amigo, también juega un rol importante. “Con él tengo diferencias, encuentros y desencuentros, pero siempre logramos acordar.” Sardella recordó cómo fueron interpelados por un partido político que negó vínculos con ellos. “Hoy damos gracias a Dios. Muchos de ellos están siendo y fueron juzgados por corrupción. Nosotros cómodos diciendo: Basta de Casta.”
Sardella, al referirse a la sociedad que tiene con Marcelo Ballester, expresó: «Somos igual de genuinos; peleamos, nos separamos, pero nos tenemos cariño. Lo mejor es hacer política con gente que apreciamos. No hay que figurar ni callar para no empañar. Marcelo conoce muy bien a los vecinos de los barrios; siempre estuvo cerca de las necesidades de los más vulnerables, no llevando comida ni colchones, sino tratando de que sigan con vida, colocando alarmas y denunciando las zonas liberadas. Desde mi lugar, no necesito visitar una empresa ni empresarios, porque soy empresario desde los 21 años. Tengo un equipo de empresarios y sabemos las cosas que hay que cambiar. La mayoría de los dirigentes solo saben de obligaciones arancelarias y nunca de lo costoso que resulta todo con tantos aranceles e impuestos. Somos complemento.»
Desde muy joven, Sardella contó que mantuvo una rutina de trabajo que, con el tiempo, le permitió desarrollar una buena disciplina y crear hábitos positivos. Ha escrito dos libros, cada uno narrando parte de sus aprendizajes. Actualmente, está trabajando en su tercer texto titulado «Rehenes del dinero». Además, estudió una carrera terciaria mientras participaba activamente en política, gestionaba sus empresas y cuidaba de su familia. Sardella celebra la oportunidad de debatir académicamente con los alumnos de la UNSAM que forman parte del equipo de la juventud de LLA San Martín. Hernán manifestó haber estado enojado con su padre por su infancia ligada al trabajo en el taller mecánico de este, pero, con el tiempo, logró comprender la manera de forjar la responsabilidad.
Sardella compartió, con los jóvenes, un sueño cumplido: “Particularmente me compré una Ferrari, otro sueño de mi mamá. Algunos me decían que no dijera que la tenía. ¿Por qué ocultarla? Está blanqueada, tengo todo al día y son mis ahorros. Hace 25 años trabajando y ahorrando.”